Por: Mtra. Ana Lizbeth Méndez García, docente en la licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales de la UNLA
En los últimos años, el transporte marítimo ha experimentado una considerable expansión, gracias al crecimiento del comercio y a la mundialización, por ende, este constituye la columna vertebral de las cadenas de suministro a nivel mundial. Además de que representa el 80% del volumen del comercio mundial (Organización Mundial del Comercio, 2022).
Por ello, el papel que juegan las aduanas marítimas es de suma importancia, debido a que fiscalizan cada uno de los ingresos o egresos que son desarrollados vía marítima, a lo cual el último año representó el 78% del PIB (Banco Mundial, 2021).
A inicios de 2022 se realizaron ajustes puntuales en torno a las aduanas en nuestro país, entre ellos destacan los cambios generados a la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM). Esta agencia se creó con el objetivo de fortalecer la seguridad nacional y el sistema aduanero. En la actualidad, esta depende directamente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, lo cual significa la extinción de la Administración General de Aduanas, instancia dependiente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), por lo tanto, la ANAM y el SAT han quedado aniveladas dentro del organigrama de la dependencia hacendaria federal.
La ANAM se encarga ahora de la recaudación de los aranceles de comercio exterior, los cuales tienen que ver con el impuesto general de importación, el impuesto general de exportación, el derecho de trámite aduanero y, finalmente, el de las cuotas compensatorias (ANAM, 2022).
Por otro lado, el Servicio de Administración Tributaria se encarga, después de los cambios realizados desde 2022, de la recaudación y fiscalización de los gravámenes federales, los cuales tienen que ver con el Impuesto Sobre la Renta, Impuesto al Valor Agregado, Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ANAM, 2022).
Finalmente, cabe destacar que la ANAM es la encargada de la dirección, organización y funcionamiento de los servicios aduanales y de inspección. Mientras que al SAT se encarga de la revisión de las operaciones de comercio exterior fuera de la aduana para verificar el debido cumplimiento de las leyes fiscales (ANAM, 2022).