Por: Ada Julieta Espinoza Álvarez, psicóloga del Centro de Orientación Psicológica de la UNLA
Para el Centro de Orientación Psicológica de la Universidad Latina de América, nos es importante que la comunidad UNLA tenga presente y consciente las temáticas referidas a la ansiedad y a los Trastornos de la Conducta Alimentaria, ya que la presencia de ambos trastornos ha incrementado en los últimos años.
Las personas que presentan algún TCA, a su vez, suelen padecer ansiedad, ya sea que esta se manifieste como fobia social, en lo obsesivo-compulsivo o en una ansiedad generalizada. Recordemos, entonces, un poco lo que es la ansiedad. Barlow la define como un estado afectivo negativo asociado con niveles elevados de percepción de incontrolabilidad (1988).
Brytek–Matera se cuestionaba si la depresión y la ansiedad se anteponen o causan el trastorno alimenticio, o más bien, si es que este tipo de trastornos son una consecuencia del trastorno de la ingesta (2008). Mientras que Toro y Vilardell hacen mención a todo un proceso, donde la ansiedad se genera al ritmo de la preocupación por la figura física, ya que se desarrolla «la fobia al sobrepeso real o supuesto, con todas las consecuencias de su generalización» (1987). Detonando así, la valoración cognitiva distorsionada en la que originará la ansiedad, pues se trata de un pensamiento, juicio, hecho cognitivo, que genera una ansiedad suficientemente intensa para tomar una decisión radical de disminuir drásticamente la alimentación.
Corstorphine (2007) menciona que la ansiedad se ha asociado con la insatisfacción de la imagen corporal, creando conceptos nuevos como el de ansiedad física social. El cual hace referencia a la ansiedad que las personas afectadas experimentan cuando perciben que su aspecto físico está siendo evaluado por otros, de forma real o no. Por lo que es probable que la aparición de la ansiedad en los TCA se manifieste fundamentalmente ante las relaciones sociales, que a su vez, genera un perfeccionismo obsesivo asociado con el deseo de aceptación social, el cual se encuentra relacionado también con la ansiedad.
El rasgo específico de una ansiedad de evaluación se relaciona en momentos donde la persona interpreta que está siendo calificada en todo momento de forma negativa, sea en lo laboral, escolar, situaciones sociales. Por lo que una persona con TCA llega a focalizar cierta parte de su atención en el cuerpo y perciba que el suyo es el que está siendo evaluado (Becker, 2004; Pallister y Valler, 2008).
Según Azabal, la ansiedad en pacientes con TCA es una condición común y continua, la cual se manifiesta en los momentos cuando la persona se enfrenta al alimento, pero también en los que tiene que afrontar una situación sobre la que percibe no tener control (2014). Recordemos que es importante atender nuestros malestares emocionales para poder continuar disfrutando de nuestro día a día.
Belén López, I. B. (2020). «Ansiedad y trastornos de la conducta alimentaria». Interpsiquis. Recuperado el de https://psiquiatria.com/congresos/pdf/1-7-2020-44-POS20.pdf
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