Por Zayda Calderón
El valor de las compañías, sea desde un pequeño negocio o de una cadena comercial mundial, ha cambiado en los últimos años. Las empresas se diferencian entre sí por la conexión que logran con la sociedad, por sus valores únicos y en menor medida por sus productos o servicios.
De acuerdo con la definición del Diccionario de la Real Academia Española, el significado de la palabra diversidad hace referencia a “abundancia, gran cantidad de varias cosas”. Un ejemplo magnífico de la diversidad, es el proyecto fotográfico de Angélica Dass, quien usó la guía cromática Pantone en los seres humanos. La fotógrafa de origen brasileño, con residencia en España le enseñó al mundo mediante el catálogo cromático la gran diversidad tonal que existe en las personas y logró que viéramos que hablar de diversidad inicia en las propias familias porque ningún miembro es idéntico entre sí.
Este proyecto fotográfico sobre la diversidad en los tonos de piel ha tenido un papel esencial en la evolución del branding, de la identidad y diseño corporativo de las marcas. Su consecuencia más natural fue romper el paradigma de la “inclusión”, para dejar de lado esa creencia que solo un sector de la población “es diferente” y debe ser integrado de manera excepcional; la realidad es que todos y todas somos diferentes y por tanto estamos inmersos en el proceso de inclusión en nuestra familia, en la escuela y de manera primordial en nuestro trabajo.
Las empresas en la actualidad entienden a la diversidad como una ventaja competitiva que representa oportunidades y beneficios para la sociedad como para ellas, ya que no todo es rosa y azul. Si se tienen equipos diversos, existe la posibilidad de lograr mayor productividad, incentivar la creatividad y potencializar más la proactividad.
La realidad actual es desafiante, el cambio climático, la escasez de recursos y los factores sanitarios que impactaron mundialmente con la contingencia por la COVID-19 cambiaron la manera de relacionarnos.
La Universidad Latina de América con su visión global de respeto a la diversidad cultural ha formado líderes que son actores de cambio. Somos una generación que ha entendido los problemas mundiales como un riesgo de sostenibilidad, que reconoce la desigualdad social, y quizá la última generación que puede hacer algo, por lo que es importante tomar decisiones en conciencia por el beneficio social.
Si las empresas desean ser vanguardistas deben tener targets claros, reforzando la diversidad y la inclusión:
- Siempre debe existir la incorporación de nuevos elementos diversos en los grupos de trabajo, es decir, cambiar la mentalidad del middle management; para evitar sesgos laborales. Bien se dice, que varias cabezas diferentes piensan mejor que una homogénea.
- Potencializar prácticas pro “red women”, que permitan a las mujeres tener un mayor impacto interno en las empresas y que existan mecanismos claros para que logren el liderazgo dentro y fuera de la organización. Ya no se puede hablar del desarrollo organizacional, sin reconocer la igualdad laboral entre mujeres y hombres.
- La práctica más importante es el engagement de la alta dirección, porque debe existir un liderazgo responsable, es ahí donde se presenta el mayor reto. Las reestructuras de las nuevas empresas comenzaron con el cambio de percepción del mundo desde los altos mandos. Contar con estrategias de inclusión debe ser una convicción de la organización y se debe reflejar en sus acciones.
Resulta interesante preguntarnos: ¿cuáles son las barreras y las oportunidades de la diversidad y la inclusión en las empresas? Entendiéndose a una barrera como aquel obstáculo que no te brinda la oportunidad de ver más allá. Actualmente, la principal barrera es la falta de empatía y la falta de sensibilización sobre el tema.
Las oportunidades pueden resultar interesantes. Muchas empresas en los últimos años han implementado acciones que sirven de ejemplo:
- Han implementado programas de mentoring con eje rector en la diversidad y la inclusión, donde trabajan con jóvenes de escasos recursos para formarlos como emprendedores con una visión más empresarial y humana a la vez.
- Se han creado comités internos en las empresas, que funcionan como embajadores de la diversidad dentro de la compañía, transmitiendo buenas prácticas sobre respeto, tolerancia, integración y el reconocimiento de hombres y mujeres del equipo de trabajo.
- El desarrollo de un liderazgo más inclusivo que sepa reconocer el talento diverso, como la integración de los millennials como agentes de cambio en las organizaciones.
- La implementación de programas estratégicos para fomentar la diversidad y la inclusión, libres de discriminación.
Y, por otro lado, están los desafíos de cómo se vive a nivel cultural en la organización los temas relacionados con la diversidad y la inclusión. Existe un bagaje de creencias erróneas sobre el tema, que se han dispersado por diversos canales, generando emociones de odio, intolerancia y falta de empatía sobre el tema.
Reestructurar a nivel cultural dentro de las empresas el tema de la diversidad y la inclusión debe estar alineado a sus valores, a la misión y a la visión de la organización. Algunas acciones que se pueden implementar son las siguientes:
- Realizar reuniones o foros abiertos para compartir inquietudes o dudas sobre el tema.
- Realizar campañas de comunicación y sensibilización por parte de profesionales, para gestionar un entendimiento adecuado sobre el tema.
- Vincular los KPI´s de diversidad en los objetivos e incentivos individuales, para lograr que la cultura de la diversidad y la inclusión forme parte del día a día del equipo de trabajo.
- Establecer un mecanismo de denuncia sobre comportamientos contrarios a la diversidad y a la inclusión.
- Integrar en los programas onboarding temas de sensibilización, para reconocer en la diversidad y la inclusión una oportunidad de desarrollo.
El fomentar dentro de la organización acciones para el reconocimiento de la diversidad y la inclusión será la base para contar con equipos de trabajo “más felices”, comprometidos con la empresa y la marca. La pregunta más importante en este momento puede ser: ¿es redituable para las empresas incorporar la diversidad y la inclusión? Desde el enfoque del marketing y las ventas: sí, sí es redituable.
Para las empresas, el reto radica en la innovación tecnológica, pero también en cómo comunica a la sociedad su producto y servicio. Ya no hay grupos que solo se diferencian por edad, sexo y zona geográfica; pensar así sería la “muerte empresarial”. Cuando una empresa se reinventa desde su entorno interno, implementando estrategias de diversidad e inclusión está lista para reestructurar su marca.
Las marcas actuales se reinventaron y ya no tienen género, son de diversos colores y con frases incluyentes. En este nuevo mundo debemos caber todos y todas, y las empresas lo saben.
Cuando una marca se renueva, su diferenciador ahora es el reconocimiento de la diversidad:
-Aumenta sus audiencias, es decir, que llega a un público antes no contemplado.
- Incrementa sus ventas de manera natural, y eso representa mayores ingresos y crecimiento económico.
- Gana reconocimiento social por valorar la diversidad y la inclusión.
Las empresas con sus productos y servicios están formando a las nuevas generaciones, los mensajes que envían a través de sus canales de comunicación son sumamente poderosos, por ese motivo deberían de apoyar al desarrollo de una formación diversa e inclusiva, para que desde la infancia, los niños y las niñas puedan desarrollar todo su potencial.
La próxima vez que estés en familia, cuando salgas al parque, en tu escuela o en tu trabajo, observa con curiosidad a las personas que te rodean, te darás cuenta que la inclusión no se trata de reunir equipos diversos, sino de conectar para que todas y todos seamos escuchados y respetados.