Por la Psic. Ilse Paola Sánchez Ruíz.
Si analizamos y tratamos de comprender la depresión a partir de la mirada de la psicología o la mirada médico-psiquiátrica, encontramos que la depresión es un trastorno mental, más específicamente podemos describir de manera homogénea según el DSM 5 (el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), que la depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por la manifestación de una serie de comportamientos, actitudes, expresiones o manifestaciones afectivas, que se describen en otras palabras como criterios diagnósticos, los cuales sirven al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra para diagnosticar y diseñar un tratamiento.
Es importante considerar que a pesar de que la psicología y la psiquiatría son disciplinas a las que podemos acudir para saber si una persona tiene depresión o no, y ser tratada en materia de salud mental; es también menester reconocer que no son las únicas miradas o vías que tenemos para entender la depresión o reducirla a una cuestión meramente mental, orgánica o individual. A pesar de que un gran sector de la población tiene acceso a un espacio para tratar su tristeza y su sufrimiento, como lo es un consultorio en el que se puede tener un proceso terapéutico y hablar de lo que le pasa: un espacio psicoanalítico para elaborar su pérdida o lo que le produce su realidad circundante compleja, no todos tienen acceso a los servicios de la salud mental y, por tanto, no pueden acceder a ese tipo de solución. Es por ello, que desde este escrito propongo reconocer otra mirada y otra vía para hacer algo con la depresión (de manera complementaria o secundaria al proceso terapéutico, si tienes la fortuna de tomarlo).
De acuerdo con lo anterior, Aristóteles planteaba que la melancolía (según el diccionario de la Real Academia Española definida como un estado anímico permanente, vago y sosegado de tristeza y desinterés, que surge por causas físicas o morales, por lo general de leve importancia) o en otros términos la depresión, era un estado en el que se podía crear. Él decía que todos los hombres excepcionales eran melancólicos y ubicaba la causa de la melancolía en el cuerpo, en la incapacidad que éste tenía de digerir una sustancia llamada “bilis negra”, dicha sustancia al no ser digerida provocaba los mismos efectos que producía el vino; el surgimiento de una mente distinta, un ímpetu de imaginación y la posibilidad de razonar de manera compleja a raíz de la ausencia de sentido, del ser y de la existencia misma.
Para él, existían dos tipos de melancolía, ya que por un lado aparecían las enfermedades melancólicas como eran la epilepsia, la parálisis, la depresión o las fobias y por otro lado estaban las personas melancólicas “por naturaleza”. En este sentido, podríamos reconocer que hay momentos transitorios que toda persona puede atravesar como lo son la muerte de un ser querido, el despido de un trabajo importante, una separación amorosa o una discapacidad, y por otro lado, experimentar un padecimiento más permanente que es caracterizado por algo más estructural, algo como parte del carácter o personalidad. En este sentido podemos ubicar de primera instancia a personajes dentro del contexto artístico con estas características, ejemplos de ello podrían ser Alejandra Pizarnik y Vicent Van Gogh.
Cada uno de ellos está ubicado en contextos históricos y sitios geográficos diferentes, pero dentro del arte y haciendo uso a su vez, de la expresión de afectos usando dicha vía.
Vincent Van Gogh fue un pintor del Siglo XIX, que realizó más de 1600 dibujos y pintó 900 cuadros. Usó el arte para expresar la dificultad que él tenía para sobrellevar la soledad y la desdicha (aspectos que conocemos gracias a las cartas que le escribía a su hermano Theo). Toda su vida enfrentó su dolor a través de la pintura, la lectura y la escritura de sus pensamientos (Tovar, 2020). Inspiró y conmovió a muchas personas con su arte impresionista que transmitía su amor por la cultura oriental, el campo, las diversas ciudades que conoció, las personas de las cuales aprendió, los paisajes naturales y los colores vivos y luminosos.
Alejandra Pizarnik fue una poetisa y traductora argentina del Siglo XX que estudió filosofía, letras y pintura. A los 19 años publicó su primer libro de poemas: “La tierra más ajena”; además de trabajar en París junto a Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz. El acto de escritura era un espacio de redención, de pasaje al conocimiento y a la comunicabilidad de la experiencia. Ella no se consideraba común y le costaba mucho trabajo adaptarse a la sociedad en la que vivía, sin embargo, la escritura le permitió expresar sus sentimientos y hacerla una escritora reconocida por su poesía profunda y su muy particular forma de expresar sus complejas emociones.
Ambos son figuras reconocidas en el mundo del arte y son una vía que usan muchas personas para entender sus propias emociones, pensamientos o formas de vivir. Sin embargo, es importante reconocer que ambos murieron a raíz de su melancolía y aunque por muchos años pudieron lidiar con ella creando arte, al final tuvieron un destino trágico.
El arte es una herramienta que sirve para dar una salida a lo que nos hace ser humanos, el dolor como respuesta a la adversidad y a los retos de la existencia.
Según el Dr. Juan Jesús Hernández, médico de la Cruz Roja de España, la depresión es una enfermedad que tiene que ser atendida con urgencia debido a la peligrosidad que ésta tiene. Frente a ello, médicos, psicólogos y artistas están proponiendo un proyecto en dicho País que busca atender la depresión a través del arte, visibilizando que es una enfermedad que puede curarse y tratarse, no solo con la psicología o la medicación, sino por la vía artística ya que gracias a ésta se puede apalabrar o simbolizar lo que está causando el sufrimiento.
Esta campaña trata de evidenciar el Dexpresionismo, como concepto que expone lo importante que es expresar las emociones de manera positiva y creativa con la ayuda de las diversas manifestaciones del arte como lo son la pintura, el dibujo, la escultura, la música y el teatro. Estos especialistas quieren lograr transmitir que la depresión es un padecimiento en blanco y negro que puede transformarse y encontrar el color en si mismos y en la vida cotidiana.
Por otro lado, la tristeza y el dolor emocional nos indica que algo de nuestro entorno, tiene que ser atendido. Esos afectos, por más incómodos y rechazados que sean por nosotros mismos y por la sociedad nos dan pistas de que algo tiene que moverse.
Como diría Helí Morales (2017) el sujeto que se cuestiona y que se confronta puede dar cuenta de una falta y puede por tanto, posibilitar otras cosas en la realidad de una persona.
Lo importante es que sepas que la tristeza es parte de la vida, el sufrimiento es algo por lo que atravesamos todos, por lo menos en algún momento o etapa, y es importante hacer algo con ello, darle una salida y aceptar que de algo que es tan doloroso se puede hacer algo diferente.
¿Qué manifestación del arte llama tu atención? ¿Con cuál de dichas formas de arte crees que pudieras empezar a expresar lo que sientes y experimentas? ¡Piénsalo y empieza con ello! Eso te servirá para empezar a darle una salida al afecto (tal cual como un método para hacer catarsis), identificar lo que te pasa, crear a partir del dolor y posterior a ello, atender la situación de otras maneras como lo es una terapia o viceversa; si ya acudes a un proceso terapéutico no estaría mal complementar lo que trabajas ahí con una disciplina artística, ya sea de manera formal o libre.
Si te sientes mal y consideras que tienes depresión, necesitas hacer algo con ello, escribe a los correos del Centro de Orientación Psicológica para que podamos atenderte, escucharte y acompañarte.
REFERENCIAS
Aristóteles, (2007). El hombre de genio y la melancolía. Problema XXX. Barcelona: El acantilado.
Morales, H. (2017). SUJETO DEL INCONSCIENTE. DISEÑO EPISTEMOLÓGICO. México: Samsara.
Tovar, A. (2020). Vincent Van Gogh. México: Muy interesante.
Pérez, C. (2003). A propósito de Alejandra Pizarnik. Creación, locura y retorno. Obtenido de: https://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce26/cauce26_15.pdf
Hérnandez, J. (2021) Dexpresionistas. Obtenido de: https://www.dexpresionismo.es/