Por Francisco Javier del Toro Valencia
Introducción
La globalización, que puede definirse como la reducción o eliminación de las barreras nacionales, permitiendo el libre flujo de personas, dinero, tecnología, bienes y servicios (Herrera Valencia, 2005), ha ocasionado un aumento en la competitividad entre personas y empresas, exigiendo mejores herramientas y procesos. Lo anterior, ha significado que las instituciones educativas de nivel superior preparen más adecuadamente a sus estudiantes para competir bajo este nuevo esquema de exigencias.
La globalización y sus primeros efectos en el mundo
La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), punto de inflexión de la globalización, dejó en claro que el mundo se regiría por el fomento y el fortalecimiento de las relaciones internacionales (Herrera Valencia, 2005). Para ello, las barreras económicas, políticas y sociales de los Estados tenían que desaparecer. Esto generó que el flujo de personas, dinero y bienes aumentara considerablemente.
Los Estados vencedores de la guerra, planearon que este flujo los beneficiara por ser mercados atractivos para las mentes y los recursos de los demás países, pero no sucedió así. Los mercados más favorecidos fueron los menos desarrollados porque resultaban ser económicamente más viables al estar regidos por políticas más flexibles (Alba, Bizberg, & Rivière d’Arc, 1998).
Otro de los efectos de la globalización fue una mayor accesibilidad para las personas que deseaban migrar a otros Estados, generando una competencia más amplia, afrontando a los migrantes, y ellos los niveles de competitividad de los países a donde llegaban (Alba, Bizberg, & Rivière d’Arc, 1998), siendo crucial el papel de las instituciones educativas.
Las instituciones educativas, especialmente de nivel superior, se vieron obligadas a mejorar sus planes de estudio para preparar de mejor manera a sus estudiantes con la finalidad de que pudieran competir en el mercado laboral globalizado. Esta competencia no solo sería contra sus colegas, sino contra otras ramas al haber una tendencia de interdisciplinariedad en los campos de estudio (Jones & Brown, 2014).
Los retos internacionales y la interdisciplinariedad en la educación
Einstein advertía de los riesgos que traerían la inter y multidisciplinariedad aceleradas por la globalización, al sobrecargar al estudiante de disciplinas, este caería en la superficialidad del conocimiento. Ante la necesidad de las universidades de formar estudiantes más competitivos y multifacéticos, así como por el aumento en la exigencia del sistema profesional a nivel internacional, se reformó completamente el sistema educativo con la finalidad de obtener conocimientos con múltiples visiones (Einsetin, 2002). Con ello, el nuevo reto de las universidades sería conformar un plan que le permitiera al estudiante englobar distintas disciplinas, sin perder la esencia ni la capacidad de formular soluciones congruentes.
Por lo anterior, ha aumentado la importancia e impacto de los programas que capaciten a las personas para cubrir estos elementos que han quedado estudiados con superficialidad. Programas como cursos cortos, talleres y diplomados han entrado en competencia, al ser de corta duración, con temas especializados y profesionales, capaces de ofrecer herramientas y conocimientos puntales para los distintos campos de estudios y, que por supuesto, aumentan la competitividad entre distintas ramas laborales.
Ha sido necesario reorganizar el sistema universitario para adaptar de mejor manera los programas a los requerimientos que los sistemas económico, político y social exigen actualmente, recurriendo a la reforma del pensamiento y el proceso enseñanza-aprendizaje contrarrestando la complejidad del mundo contemporáneo (Pedroza Flores, 2006).
El modelo moderno aborda este reto a través de un sistema basado en competencias, con una visión multidisciplinaria y distintas habilidades y conocimientos. Esto se ha logrado gracias a que la enseñanza ha encontrado técnicas más flexibles, formando estudiantes más aptos y capacitados para plantear soluciones reales ad hoc a los problemas actuales (Carvajal Escobar, 2010).
El internet: aliado de la educación continua y la globalización
El internet es posiblemente la herramienta más importante con la que cuenta la educación continua en general actualmente. Gracias a este, se tiene acceso a un sinfín de fuentes de información a nivel global, fungiendo como una biblioteca mundial donde se pueden encontrar todo tipo de recursos didácticos para impulsar el proceso de enseñanza-aprendizaje (Ramírez, 2015).
Permite estudiar en línea cualquier curso, taller o diplomado nacional e internacional, fomentando la actualización con conocimientos generados en otros lugares del mundo, con la oportunidad de adaptarlos al contexto local. Con ello, ya no existen barreras que limiten el desarrollo del conocimiento (Ramírez, 2015).
La cuestión con el uso del internet es que debe otorgársele un mayor beneficio en el ámbito educativo que en el del entretenimiento y de aquí parte su riesgo. Su acceso y uso inadecuado puede traer consigo riesgos muy importantes, pero en caso contrario, con su correcto uso y aplicación, los beneficios que se pueden obtener a través de él son inmensurables.
Competitividad sin olvidar el objetivo humano
Evidentemente, ante un mundo globalizado, la competitividad ha aumentado y con ello también lo ha hecho la exigencia impuesta a un profesionista, pero al estar más preparado y hecho en disciplinas multifacéticas, debe dirigir estos conocimientos a la humanidad.
Por más que los objetivos de las empresas sea reducir sus tiempos y costos e incrementar las utilidades, así como de las universidades es aumentar el número de egresados, no se puede olvidar el compromiso que tienen con la sociedad, no solo como individuos de ella, sino como profesionistas que ejercerán sus conocimientos con moralidad.
Por ello, los programas de educación continua y capacitación constante, a pesar de preparar a las personas para competir mejor, no deben perder la visión humana. No se debe perder de vista que, de la mano de conseguir una mejor calidad de vida, debe venir a su vez también un desarrollo de la sociedad persiguiendo el bien de todos. Esta visión debe ser impregnada por las mismas universidades que generan programas de posgrado para capacitar a egresados, profesionistas y empresas.
Conclusión
La globalización ha favorecido el enriquecimiento de la educación a través del intercambio de información y personas entre los países. Esto ha ocasionado un aumento en la competitividad del mundo académico y laboral, por lo que las universidades, para hacer más competentes a sus egresados, han generado programas como cursos talleres y diplomados que continúan formando a los profesionistas del futuro con herramientas y conocimientos más actualizados. La visión humanista es fundamental en el proceso para mantener el objetivo primordial en toda sociedad: el bienestar común.
Alba, C., Bizberg, I., & Rivière d’Arc, H. (1998). Las Regiones ante la Globalización. México: Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, El Colegio de México, Institut français de recherche scientifique pour le Développement en coopération.
Carvajal Escobar, Y. (21 de abril de 2010). Interdisciplinariedad: desafío para la educación superior y la investigación. Recuperado el 15 de septiembre de 2019, de Scielo: http://www.scielo.org.co/pdf/luaz/n31/n31a11.pdf
Einsetin, A. (2002). Mis Ideas y Opiniones. España: Bon Ton.
Herrera Valencia, B. (2005). Globalización: el proceso real y financiero. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Jones, E., & Brown, S. (2014). La Internacionalización de la Educación Superior. Perspectivas institucionales, organizativas y éticas. Madrid: Narcea.
Pedroza Flores, R. (2006). La Interdisciplinariedad en la Universidad. Recuperado el 15 de septiembre de 2019, de Redalyc: http://www.redalyc.org/pdf/311/31171304.pdf
Ramírez, A. (2015). Internet en Educación Superior. Recuperado el 15 de septiembre de 2019, de Scielo: http://www.scielo.org.mx/pdf/resu/v44n175/v44n175a9.pdf