Publicado el 2024-09-02 en Internacionalización Y Movilidad

Entre el estudio, vida universitaria en Corea del Sur

Soy Ariadna Naranjo, estudiante de intercambio en Seúl, Corea del Sur. Es verdad que la mayoría de nosotros tenemos conocimiento de la forma en que algunas culturas asiáticas como Japón, China, Taiwán y Corea tienen una forma de trabajar muy ardua, sin embargo, es muy distinto verlo en documentales o en noticias que vivirlo en la vida real.


Una de las razones por las que decidí venir a Corea fue porque me gustan mucho las culturas asiáticas, sobre todo las del este de Asia. También, porque pensaba que la forma en la que trabajo es muy parecida a la de ellos, por lo que estar aquí no sería tan diferente. Para conocer un poco más sobre mí, estoy estudiando la carrera de Relaciones Comerciales Internacionales, y me considero una persona a la que le gusta estudiar (o eso pensaba), los cambios y los retos, pero estar aquí significa que he llegado muy lejos (y lo digo literalmente).

 

Yo tenía un objetivo que debía cumplir estando en Corea: estudiar. Y aunque muchas personas antes de venir me dijeron que no inscribiera tantas materias porque tenía que explorar y disfrutar la experiencia de intercambio, yo no creía eso. Me decía a mí misma: “Si voy tan lejos, tengo que aprovechar y aprender todo aquello que me hizo falta”. Me inscribí a las materias que creía que me iban a servir a futuro, y empecé el semestre. Un error que creo que cometí al llegar aquí fue el seguir juntándome con muchos mexicanos, los cuales, la mayoría de ellos, no compartían los mismos objetivos que yo.

 

 

El primer día de clases estuvo bien, pero me percataba de que, aunque fuera el primer día, los maestros ya empezaban a dejar bastantes tareas y trabajos. Al igual que la biblioteca, que normalmente estaría vacía, ya tenía a los coreanos estudiando. Todo cambió hasta que empecé a convivir con más coreanos. 

 

Un día tuve que hacer un trabajo, por lo que creí conveniente ir a la biblioteca y explorar un poco más el ambiente del “estudio coreano”. Creo que estudié por alrededor de 3 horas, después de haber tenido una clase de 3 horas y haber realizado tarea, lo cual me tomó un total de casi 6 horas en el estudio (sin tener ninguna presión por estudiar, solo lo hice por gusto). Al terminar lo que yo pensaba que había sido una gran jornada de estudio autodidacta, volteé a ver a mi amigo coreano y le dije: “Creo que he estudiado por casi 6 horas el día de hoy, ha sido bastante”. Él (que llevaba el mismo tiempo que yo estudiando) volteó y me dijo: “¿Eso para ti es estudiar mucho?”. ¡Deberían haber visto mi cara cuando me contestó eso! Era apenas la segunda semana después del comienzo de clases, ¡claro que era bastante para mí en ese momento!

 


Posteriormente, los cursos de coreano comenzaron, y había algunas cosas que no me quedaban tan claras después de clase, pero siempre hacía la tarea que nos dejaban. Sin embargo, cuando les pedí a mis amigos coreanos que me explicaran coreano, ellos accedieron a enseñarme. Las clases de coreano pasaban, y después de la primera explicación que me dieron, en la segunda, ellos esperaban que yo ya le hubiera dedicado más horas al estudio de coreano. Me refiero a estudiar aparte de las clases, la tarea y las clases que me dejaban. Yo contesté que le dedicaba tiempo a la tarea, pero ellos me dijeron que eso era muy poco. En ese entonces le estaba dedicando alrededor de 3 horas diarias al estudio de coreano, tomando en cuenta que aparte llevaba mis clases universitarias y tenía mis tareas. Recuerdo que pensaba que era suficiente, pero uno de ellos se molestó porque me dijo que, si de verdad quería aprender el idioma, necesitaba estudiar más por mi cuenta, no únicamente eso. Yo estaba algo sorprendida, porque consideraba que ya estaba dedicando bastante tiempo al estudio. Después entendí que, al parecer, es muy poco. Los profesores de coreano que tenía esperaban que nosotros, los alumnos internacionales, recordáramos todo lo que se veía en las clases pasadas, pero creo que todos cometíamos el error de únicamente hacer las tareas sin estudiar antes o después de las clases.

 

 


No es broma eso que dicen acerca del estudio. Con o sin exámenes por delante, ellos pasan bastante tiempo en el estudio. Es normal ver a mis compañeros durmiendo en clase, y los maestros no lo ven como algo malo. Es normal que, cuando llegas a la biblioteca, encuentres a muchos de ellos dormidos encima de sus libros o del escritorio, e incluso en la misma biblioteca hay un área común para poder dormir. También, cuando es época de exámenes, las cafeterías abren 24 horas. Eso hace que pase al siguiente tema: los exámenes. En Corea del Sur hay dos evaluaciones semestrales, los exámenes de mitad de período y los exámenes finales, que, como lo indican, tienes que volver a estudiar todo lo que aprendiste durante el semestre. Faltaba alrededor de un mes para que el período de exámenes comenzara y la biblioteca ya estaba llena. Al parecer, ellos no estudian un día antes o una semana antes, ¡estudian meses antes! Cosa que creo que muchos estudiantes en México no estamos acostumbrados a hacer.

 


Conforme pasaba el tiempo, esto empezó a ser normal para mí, y al mismo tiempo comenzó a ser un hábito. Al final de cuentas, vine a estudiar a este país. Empecé a ver normal el estudiar desde las 7:00 a.m. hasta las 11:00 p.m. o incluso, algunas veces, hasta el día siguiente. Al igual que pasar tiempo en la biblioteca, aunque los profesores no dejen tarea, el problema es que me costó encontrar un balance. El dedicar bastante tiempo al estudio hace que muchas veces tengas que dejar a un lado tus otros pasatiempos. No obstante, la cultura del estudio va acompañada de la cultura del silencio. Las bibliotecas y cafeterías están llenas de silencio aunque haya personas en ellas, al igual que hay lugares en los cuales tampoco tienes permitido hacer ruido, incluso con el teclado de tu computadora, lo cual pienso que hasta es lo que más me ha costado adaptarme. El estereotipo de que los coreanos estudian mucho no es un estereotipo, es una realidad que puede llegar a ser sorprendente, pero una vez que te explican su sistema educativo, empiezas a entender el porqué de estudiar tanto. El sistema educativo coreano se basa en que solo un cierto porcentaje tiene permitido tener una calificación aprobatoria. Por ejemplo, solo el 10% tiene permitido sacar A+, que en México sería un 9.5 (o arriba de 9.5). Solo el 10% tiene permitido sacar A, que equivale a 9.0. El otro 10% sería B = 8.0, el siguiente 10% un 7.0, etc. Lo que equivale a que, en cada clase, debe de haber un porcentaje de alumnos reprobados, solo porque el sistema así lo marca, lo que hace que los estudiantes estén en constante competencia entre sí mismos. También se recalca quién es el mejor de clase (algo que yo pienso que no se le toma mucha importancia en nuestro sistema educativo). Es común que en tu segundo año, la misma universidad te impulse a tomar una doble carrera. La mayoría de los amigos y conocidos coreanos que hice aquí (si no es que todos) tienen una doble carrera.

 


El tipo de estudio al que estaba acostumbrada en México es muy distinto al de aquí. Venir aquí es un reto que, desde mi punto de vista, todos los estudiantes deberían experimentar. Si eres una persona que quiere conocer el nivel de capacidad de estudio que tienes, te gusta estudiar y estás interesado en expandir tus oportunidades de empleo en el continente asiático en un futuro, venir a este país es una gran opción.

 

 

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