Por Francisco Javier Palomares Vaughan
Cuando se comenta sobre las finanzas muchas personas piensan que se trata de un tema complicado y que requiere de muchas habilidades matemáticas. La imagen que llega a la mente son los grandes grupos corporativos o los ejecutivos de las bolsas de valores. No puedo decir que no es cierta una parte de esta idea preconcebida. Pero también es cierto que las finanzas son más mundanas, son un problema de lógica y de criterio sobre el uso de los recursos económicos debemos tener todas las personas, sea con un objetivo empresarial o no.
En mi experiencia profesional, tanto en el aula, como en el entorno empresarial, he podido comprobar que el nivel de cultura financiera que tenemos como sociedad es bajo. Esto no tiene que ver necesariamente con el nivel educativo. Existen profesionistas que no saben cómo cobrar sus servicios, puesto que no les quedan claros conceptos como costos, gastos o ingresos. Por el contrario, solo basta platicar con un pequeño comerciante, que en muchas ocasiones solo cuenta con la educación primaria o secundaria, pero al hacer negocios le quedan muy claros estos conceptos e identifica los beneficios que le pudiera traer la experiencia empresarial. Tiene que ver con entender la relación que existe entre el dinero y el entorno: para qué sirve y cómo se puede administrar.
Por finanzas debemos entender la disciplina que estudia el origen, la administración y la aplicación de los recursos financieros, que pueden ser: dinero, inversiones (pagarés, acciones, fondos de inversión, etc.) o monedas extranjeras (divisas). Todas las personas contamos con recursos financieros en algún momento de nuestra vida. Si somos estudiantes, tenemos recursos financieros que pueden provenir de una fuente de trabajo o de los padres. Si somos personas que trabajamos, estos recursos pueden venir de los sueldos percibidos o de las utilidades de algún negocio.
Ahora bien, todos esos recursos financieros tienen como destino alguna necesidad, por ejemplo, pagar la colegiatura, comprar vestimenta, pagar la renta de la casa o comprar mercancía para el negocio, pagar los sueldos de las personas que trabajan para nosotros, etc.
Conocer esto no requiere de mucha ciencia, todos lo sabemos, podemos identificar esas fuentes de ingreso y las necesidades por cubrir. Pero para poder dar un salto cualitativo de este conocimiento básico a uno más científico, es necesario conocer las formas de obtención y aplicación de esos recursos. Este paso lo damos cuando le aplicamos técnicas de administración a la práctica que ya realizamos. Estas técnicas pueden ser: elaboración de presupuestos, tanto de ingresos como de egresos. Es decir, que tenemos que programar lo que se puede recibir y cómo se va a gastar. Otro ejemplo sería el conocer la capacidad de generación de ingresos y por lo tanto la de cumplir con los compromisos o deudas que se tengan. Realizar una selección de las herramientas que nos permitan controlar y registrar las operaciones financieras.
Pero no resulta suficiente el llevar a cabo estas técnicas, hay que hacerlo de manera metodológica y sistemática, como nos lo recomiendan las Normas de Información Financiera (NIF’s). Por metodología entendemos que debemos de diseñar pasos que debemos de seguir para controlar el flujo de los recursos económicos. Y por sistemático, debemos entender que cada vez que repitamos el proceso, este deberá ser similar. En realidad, lo que se tiene que desarrollar son competencias financieras, es decir, tenemos que ser capaces de tomar decisiones efectivas con relación a los recursos financieros, independientemente del entorno en el que nos encontremos, ya sea como persona, en la escuela, en la empresa o, incluso, como parte de un aparato gubernamental.
Si bien los conceptos básicos financieros son sencillos, las técnicas y métodos para registrar, controlar y administrar adecuadamente los recursos, de manera que generen beneficios a la persona o empresa, requieren de estudio y práctica. ¡Como todo en la vida!
Les invito a comentar, investigar y platicar sobre estos temas que nos hacen mucha falta. Hoy en día se cuenta con el conocimiento en la palma de su mano, literalmente. En la red existen muchos tutoriales, conferencias, lecturas, recursos que pueden apoyar al desarrollo de la competencia financiera y que sin duda les traerán beneficios inmediatos. Lo único que puede impedir desarrollar esta competencia, aún más allá de la falta de dinero, es la falta de interés y voluntad de la persona.
Si bien es cierto que el dinero no proporciona la felicidad, el saber manejarlo, evita preocupaciones y angustias que impiden disfrutarlo.