Por Fryda Michelle Granados Casillas
XUNLA de la licenciatura en Arquitectura, Urbanismo y Sustentabilidad
El arquitecto británico, Norman Foster, ha dicho que para estudiar y trabajar en la arquitectura se requieren principalmente dos cualidades: optimismo y curiosidad. En mi infancia, cuando veía en televisión algunos programas relacionados con diseño de interiores y remodelaciones de casas, lo que más me entusiasmaba eran los bocetos que ahí aparecían y el cómo lograba anticipar en mi imaginación la transformación que tendrían esos espacios.
Siempre tuve claro que quería convertirme en arquitecta, a pesar de que al comenzar a estudiar la carrera en Arquitectura, Urbanismo y Sustentabilidad me inquietó saber realmente qué eran la arquitectura y el urbanismo. Supongo que empecé con la idea errónea de que la arquitectura sirve solo para diseñar casas o grandes edificios y el urbanismo para trazar calles, pero conforme avancé en mis estudios me percaté de que son mucho más. Nosotros, como profesionistas, no creamos la arquitectura ni el urbanismo, sino que están en la gente y en sus actividades diarias; nuestro trabajo es tomar eso que ya existe y representarlo en diseños funcionales y estéticos.
Considero que dos de las características más importantes de una arquitecta o un arquitecto son su imaginación y su capacidad creativa; nos ponemos a prueba al convertir necesidades existentes en soluciones urbano-arquitectónicas. Nuestra mente es una máquina llena de talento que se debe ejercitar continuamente con el fin de buscar ideas acertadas, a pesar de que diariamente recibamos muchísima información que nos haga creer que ya todo está hecho. El pensamiento pasivo es enemigo de la imaginación.
Así es como empezamos a limitar nuestra creatividad, cuando nos quedamos en una zona de confort, donde es fácil dar por hecho que solamente existe lo que ya conocemos y no nos damos la oportunidad de explotar lo que nuestra mente aún no ha imaginado. ¿Qué pasaría si toda esa información que recibimos, en lugar de tomarla como una limitante, la convirtiésemos en una motivación para hacer algo diferente? Abrir nuestra mente y darnos la oportunidad de imaginar algo distinto es una necesidad, ¿para qué tener una gran capacidad mental si todos estamos llegando a la misma solución?
Podemos tomar inspiración de cualquier cosa: de la naturaleza, del arte, de la ciencia, en fin, de todo lo existente. Lo exitoso comienza siempre con un pensamiento creativo, pero ¿qué es eso? Todos hemos conocido a alguien que nos hace pensar: «que creativo es», «tiene mucho talento», «siempre aporta buenas ideas», pero la creatividad no se trata de que una idea llegue por sí sola y ya, no es algo que únicamente ocurra… La creatividad es lograr algo nuevo a través de algo que conocemos o no, y hacer que funcione.
¿Qué te hace pensar que no eres creativo o que tus ideas no son buenas? La creatividad y la imaginación no están restringidas a unos cuantos, todos nacemos con este poder creativo, y el mayor ejemplo son los niños, donde nosotros vemos un simple objeto, ellos observan un cúmulo de posibilidades. Debemos ser capaces de aceptar y explotar ese poder creativo, retomar el pensamiento divergente que teníamos en la infancia y atrevernos a explorar soluciones distintas a las conocidas.
La creatividad nos hace evolucionar, está en nuestra esencia. Ser creativos es divertirnos con nuestro pensamiento. No existe una fórmula mágica para crear algo perfecto, es nuestra tarea abrirnos a imaginar qué lo hace especial y saber imprimir nuestra huella en él. Nos debemos dar la oportunidad de crear y no limitarnos a lo que ya conocemos, así como no dejar que el pensamiento de otros duerma el nuestro.
Te invito a que explores lo que aún no conoces y te atrevas a imaginar. Muchas personas me han dicho «siempre quise ser arquitecto, pero no sé dibujar», «me hubiera gustado, pero no soy creativo»… les faltó atreverse. Algo que se me quedó muy marcado es lo que en una ocasión me dijo una maestra: nadie nace sabiendo hablar, leer, escribir, dibujar, usar herramientas, etc., pero sí teniendo la capacidad de observar e imaginar, de aprender a hacer esto y más.
¡Decídete a imaginar, decídete a crear! ¡En la Universidad Latina de América puedes hacerlo!