Por Esmeralda González Mendoza
Actualmente, pasamos mucho tiempo dentro de casa acompañados de dispositivos como la computadora y el celular, esto debido a las nuevas realidades de estudio en línea y teletrabajo suscitado por la pandemia, lo cual nos puede llevar a momentos de estrés, ansiedad o angustia afectando nuestra salud mental. Sin embargo, recientes estudios sugieren que la naturaleza puede ayudar a nuestra mente y cuerpo a mantenernos sanos.
Sabemos que el ejercicio físico nos genera beneficios en nuestra salud física, como una menor probabilidad de padecer enfermedades del corazón, mejorar el sistema inmune y, en un entorno natural, este nos trae más beneficios aún, tales como menores problemas en las articulaciones, un mejor descanso y un menor índice de abandono en comparación con gimnasios. Sin embargo, quisiera compartirles los beneficios que, en los últimos años diferentes estudios y experimentos científicos han demostrado conlleva el senderismo, o cualquier actividad al aire libre, para nuestra salud mental.
Estar en contacto con la naturaleza reduce el estrés
Está demostrado que cualquier actividad física puede reducir el estrés y la ansiedad. Sin embargo, existe algo con respecto al contacto con la naturaleza que hace aumentar dichos impactos.
En el experimento realizado por Lee, J. et al (2013), en Japón eligieron a un grupo de personas para caminar en un bosque y otro grupo para caminar en una ciudad, dichos paseos fueron de igual duración y dificultad. A los participantes les midieron la frecuencia cardíaca y la presión arterial, así como su estado de ánimo y nivel de estrés a través de cuestionarios. Los resultaron arrojaron que las personas que caminaron por el bosque presentaron una frecuencia cardíaca significativamente inferior y reportaron un mejor estado de ánimo y menor ansiedad que aquellos que caminaron en un entorno urbano. Los investigadores llegaron a la conclusión de que existe algo en la naturaleza que tiene un efecto beneficioso para la reducción del estrés, más allá del ejercicio realizado.
La naturaleza ayuda a disminuir los niveles de melancolía y los pensamientos negativos
El científico Gregory Bratman, de la Universidad de Stanford, ha encontrado evidencias en sus diversos estudios sobre cómo la naturaleza afecta nuestro estado de ánimo de alguna manera.
En uno de sus estudios, publicado por la revista PNAS: “La experiencia en la naturaleza reduce la rumiación y la actividad neuronal en la corteza prefrontal subgenual”, en el cual, a los participantes se les examinó tras una caminata de 90 minutos, encontrando que los implicados que anduvieron en un entorno natural disminuyeron la rumiación (pensamiento repetitivo centrado en emociones negativas) exponencialmente, mostrando una mayor actividad en la corteza prefrontal subgenual, área del cerebro relacionada con enfermedades mentales como la depresión y ansiedad.
Dicho hallazgo sugiere que la naturaleza puede tener importantes impactos positivos en el estado de ánimo y aspectos de la función cognitiva, incluida la memoria de trabajo, así como un efecto amortiguador sobre la ansiedad.
La naturaleza ayuda a la concentración y aumenta la creatividad
Vivimos rodeados de tecnología que se encuentra en todas partes, vivimos pegados al celular y las computadoras, y aunque estos pequeños aparatos sean una completa revolución también nos han alejado de otros placeres. Algunos científicos como Strayer, Atchley y Atchley en Martínez, Montero y Córdova (2014) creen que nuestro cerebro no fue creado para soportar este bombardeo informativo, pudiendo provocar fatiga mental, agobio y agotamiento. Por lo que a través de sus estudios consideran que estar en la naturaleza restaura los circuitos agotados de atención, lo que puede ayudarnos a estar más abiertos a la creatividad y la resolución de problemas.
Estos profesores de las Universidades de Utah y de Kansas publicaron el artículo “La creatividad en lo salvaje: Mejora del razonamiento creativo a través de la inmersión en entornos naturales”, en el cual demostraron que un grupo de personas que estuvieron cuatro días de caminata y acampando fueron capaces de resolver 47% más rompecabezas que requerían creatividad en comparación con el grupo de personas que no realizó la misma excursión.
La investigación concluyó que la dependencia tecnológica de la sociedad en la que vivimos provoca una disminución de nuestra capacidad de razonamiento y resolución de problemas, todo ello asociado a la creatividad. La Teoría de la Restauración de la Atención (Martínez, Montero y Cordoba, 2014) sugiere que la exposición a un ambiente natural con actividades como el senderismo puede restaurar los procesos de la corteza prefrontal en funciones como la atención selectiva, la resolución de problemas, la inhibición, y la capacidad de multitarea.
Esto apunta a que alejarnos de la cotidianidad urbana, el ruido y dedicarnos a caminar haciendo rutas en un entorno natural es una buena opción para encontrar solución a los problemas que requieren de nuestra creatividad.
La naturaleza nos ayuda a ser más felices
Se ha observado que el contacto con la naturaleza y sus componentes (actividades de jardinería, convivencia con animales, caminatas en áreas verdes, entre otros), no solo alivia algunos síntomas de depresión, sino que también aumenta la capacidad individual para estar sano, la autoestima, la conexión social y la felicidad (Duarte-Tagles, 2015).
Estos hallazgos pueden tener gran repercusión en la salud pública, pues los individuos y las comunidades se benefician del contacto con la naturaleza y la biodiversidad, lo que impacta positivamente en su salud mental y física, en sus relaciones sociales, así como en la conservación del ambiente y el desarrollo sostenible.
Los profesionales de la salud (médicos, enfermeras y otros) de países desarrollados como Australia y Nueva Zelanda incorporan, de forma complementaria a los tratamientos habituales, la prescripción de actividad física en contacto con la naturaleza, en adecuada forma e intensidad a cada necesidad. Numerosas investigaciones han demostrado que la denominada “receta verde” puede proporcionar beneficios fisiológicos y psicológicos a los pacientes, incluso los mismos pacientes se sienten muy satisfechos con este servicio y tiene un impacto notable y duradero sobre los hábitos de vida de las personas (Castel, 2020).
Desde el Centro de Orientación Psicológica de la UNLA, te invitamos a que elijas la mejor ruta de senderismo para trabajar en tu salud física y mental este fin de semana. Michoacán tiene espacios naturales increíbles para dichas actividades; algunas están sumamente cercanas a nuestra capital, como son los Filtros, Pico azul, Ichaqueo, la Presa, Peña de San Miguel, entre otros. Por último, me gustaría mencionar que la presencia de animales también ha jugado un papel importante como alternativa para tratar los problemas de salud mental (Duarte-Tagle, 2015) por lo que puedes incluir a tu peludito en tu caminata en los exteriores, probablemente mejores resultados podrás encontrar.
Referencias:
Castel, C. (2020) Naturaleza y salud: una alianza necesaria. Gaceta Sanitaria. 34(2).
Bratman, G. et al (2015). Nature experience reduces rumination and subgenual prefrontal cortex activation. Proceedings of the National Academy of Science. 112(28), 8567-8572
Lee, Y et al (2014). Influence of Forest Therapy on Cardiovascular Relaxation in Young Adults. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, 2014(7).
Martínez-Soto, J., Montero-López, M. y Córdova, A. (2014) Restauración psicológica y naturaleza urbana: algunas implicaciones para la salud mental. Salud Mental. 37 (3).
Duarte-Tagles H. (2015) Biodiversidad y síntomas depresivos en adultos mexicanos: exploración de los efectos benéficos del ambiente. Biomédica. 35.