Por: Lucrecia Huerta González, Directora de la licenciatura en Ingeniería Civil de la UNLA
Hace unos días tuve la oportunidad de leer un post en Facebook que mencionaba la Vía Appia y cómo sigue en pie hasta el presente. Esto me hizo pensar en lo perdurable de las obras de ingeniería, en la vigencia de los principios clásicos y en cómo, a través de tantos siglos, siempre rige el principio de back to basics porque es lo que está ahí. Elementos que han sido comprobados una y otra vez en diversos escenarios y que, por su certeza y utilidad, siguen vigentes hasta nuestros días.
La construcción de caminos se hace igual que cuando se construyó la Vía Apia o cuando avanzaban las legiones de Alejandro Magno en sus campañas para hacerse de nuevos territorios: en etapas, mejorando la calidad y granulometría de cada capa hasta llegar a la superficie de rodamiento a la que actualmente llamamos genéricamente pavimento. Se han incorporado los diversos procedimientos y productos con los que esta área de la Ingeniería Civil se ha beneficiado: concretos con mayor resistencia y asfaltos más eficientes, trenes de maquinaria que facilitan y aceleran la construcción y mantenimiento de caminos.
El principal insumo para la construcción de vivienda sigue siendo la mampostería y lo que varía es la presentación de estas piezas, dependiendo de la disponibilidad de diversos materiales en cada región o de las técnicas particulares con que se elaboran. Tenemos, pues, muros que pueden ser literalmente hechos de piedras, tabiques de barro recocido o extruido, block o tabicones de concreto, elegantes prismas de mármol o granito, frágiles pedazos de vidrio o piezas diseñadas industrial o artesanalmente, pero piezas que al final del día se siguen colocando con la mano, de ahí el nombre de mampostería (del latín: manus-positus ‘mano-poner’) y que, de acuerdo a la RAE, no llevan sujeción entre sí, como lo podemos ver en algunas de las construcciones más antiguas como Machu Pichu o en las edificaciones mayas.
El uso de una argamasa para unir las piezas también ha evolucionado, pasando del empleo de mezclas de lodo con paja y excremento de caballo a los morteros, derivados del cemento, pasando por el uso de la cal terciada. La mampostería se ha empleado incluso de una manera estructural, como lo hizo brillantemente Brunelleschi en la Catedral de Florencia al incorporar el aparejo (estructura o acomodo de las piezas de un muro) de ‘espina de pez’ que de acuerdo a las investigaciones sirvió no solo como cimbra pero también como el elemento de soporte para este ambicioso proyecto ya con más de 500 años de antigüedad.
Los espacios más adecuados para almacenar agua producto de escurrimientos superficiales siguen siendo las presas, desde las primeras hechas por los egipcios hasta las modernas, como la Presa de Asuán en Egipto o la impactante Presa de las Tres Gargantas en China, considerada la obra hidroeléctrica más grande del mundo. Sus funciones pueden ser diversas como almacenar agua para riego agrícola, potabilizar agua para consumo humano o para la generación de energía eléctrica, como la presa Hoover en Nevada, que tiene uno de los vertedores más vistosos (claro, con agua, la cual brilla por su ausencia en esta difícil temporada de sequía para esa región) y suministra energía a Nevada, Arizona y sur de California. Las Vegas no sería el punto más iluminado en la tierra visto desde el espacio exterior de no ser por esta presa.
Los puentes han sido un elemento fundamental en la comunicación de las poblaciones, no solo han cumplido la función de salvar un cuerpo de agua, sino también proveen una manera segura de transportar personas y mercancías de un lado a otro. El objetivo sigue siendo el mismo: alcanzar la otra orilla. Hemos usado desde las raíces de los árboles de la ribera para forjarlos, también majestuosos puentes/acueductos romanos o los impactantes puentes de acero construidos en el siglo XX como el Golden Gate, hasta el empleo de aleaciones que aparte de cruzar y resistir, nos dan una sensación estética muy agradable como los diseñados por Calatrava.
Hacia donde dirijamos nuestra mirada, vamos a encontrar edificaciones, servicios, instalaciones o infraestructura que han sido creadas por constructores que han desarrollado diferentes métodos, teorías o procedimientos que se han enriquecido con el avance de la ciencia y la tecnología para mejorar su funcionamiento, durabilidad y seguridad. Y sí, como lo dice el post, cuando transites un camino, veas el muro de tu casa, bebas agua, enciendas la luz o cruces un puente, piensa que estás haciendo uso de siglos de conocimiento, de reiteradas comprobaciones que se han enriquecido también con innovaciones, mentes que arriesgaron y desafiaron su entorno y, sobre todo, mucho, mucho ingenio y sentido común que son dos de los elementos fundamentales básicos en la noble profesión de la Ingeniería Civil.
