Escrito por: Gabriela Calderón Garduño, estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de sexto semestre
Desde que entré a mi último año de secundaria, ya había comenzado a investigar a qué bachillerato debería asistir. Aún no había decidido qué iba a estudiar, pero deseaba que mi preparatoria fuera un lugar que me diera la libertad de escoger sobre la marcha y me proporcionara herramientas que pudieran servirme en mi futuro profesional. También, desde ese entonces, soñaba con la oportunidad de experimentar un intercambio académico. Quería vivir, aunque solo fuera por un tiempo, en un lugar diferente. Tenía curiosidad de ver el mundo desde otra perspectiva, desde otros ojos. Fue así como escogí el Bachillerato de la Universidad Latina de América.
Estuve investigando sobre los convenios que tenía con otros colegios y universidades y me pareció la mejor opción para poder cursar un semestre en el extranjero sin necesidad de recursar mis materias. Desafortunadamente, justo cuando iba comenzando mi 4to semestre, la pandemia de COVID-19 interrumpió mis planes para continuar con el proceso de movilidad. Ahora que estoy en la Licenciatura, he seguido buscando oportunidades para realizar mi intercambio, y cuando se abrió la convocatoria para Movilidad P2024, me aseguré de presentar todos mis documentos a tiempo para participar.
El proceso de aceptación requirió de mucha paciencia y tuve que dedicarle tiempo a tramitar mi visa y organizar mi horario en la nueva universidad, basándome en la disponibilidad de clases y utilizando mi correo electrónico como única forma de comunicación entre la institución de destino y yo.
Una vez aceptada, tuve que buscar por varios días la mejor opción para hospedarme durante los seis meses; tuve que cotizar distintos departamentos, hacer un presupuesto mensual de gastos y encontrar un seguro de gastos médicos con cobertura en el extranjero. Todos estos trámites pueden parecer tediosos, pero en mi mente siempre estaba la ilusión de que el proyecto que había estado persiguiendo por tanto tiempo, por fin se estaba haciendo realidad y eso hacía que todo valiera la pena.
Ahora, algunos meses después de ser aceptada en la Universidad Mayor de Chile, estoy a unos cuantos días de dejar el país y emprender esta aventura. Voy tras un sueño que por fin comienza a materializarse: con la finalidad de contar historias.
Desde siempre me han fascinado los documentales, las películas, los reportajes y veo en ellos la oportunidad de descubrir formas distintas de «ser en el mundo». Estoy entusiasmada por tomarle el pulso a esa nueva ciudad y me siento dispuesta a ser «toda oídos» para aprender lo que pueda y compartirlo con los demás. Quiero creer que mi estancia en Chile tendrá muchas historias para contar y quiero estar ahí para presenciarlo todo.
Agradezco la maravillosa oportunidad que me ha dado la UNLA para sumergirme por completo en una nueva cultura, por nutrirme estos años de conocimiento, que estoy segura de que pondré en práctica en mi estadía en Santiago y por permitirme explorar la gran variedad de caminos que ofrece mi carrera: Ciencias de la Comunicación.
