Por Juan Roberto Hernández Herrera
A lo largo de nuestra vida escolar, delante de nosotros, hemos tenido a esas grandes personas llamadas maestros. De alguna forma muy profunda, tú sientes que ellos siguen cerca de ti, siempre están en tu recuerdo, no solo porque estaban ahí cuando tú llegaste y estaban ahí cuando te fuiste, sino por todas las experiencias y aprendizajes que aún hoy son parte de tu ser.
Los que tenemos la fortuna de vivir la docencia seguimos en constante preparación y estamos resueltos a seguir buscando respuestas nuevas para las preguntas de nuestros alumnos de hoy. En ese camino nos encontramos con muchas dificultades, pero no nos intimidan, más bien nos motivan para dar lo mejor de nosotros a nuestros alumnos.
Un ejemplo de vocación docente
Desde esa perspectiva, quiero contarte sobre la Academia de Ron Clark que surgió como un referente destinado a la ayuda de esos alumnos que no encontraban una respuesta a sus preguntas sobre la vida y su futuro. El liderazgo de su fundador se basó en la importancia de la persona humana sin ningún tipo de distinción, lo cual fue la piedra angular de todos sus esfuerzos.
Ron L. Clark, Jr. nació en 1972 en Chocowinity, una ciudad pequeña en el este de Carolina del Norte, Estados Unidos. Comenzó su carrera como profesor en 1994 en la S.W. Escuela Primaria Snowden, precisamente al término de sus estudios universitarios enfocados a la enseñanza. Según Shields (2012) dicha oportunidad no fue buscada por Clark, quien le informó y convenció de tomar el trabajo fue su madre con la esperanza de conseguir que logrará encontrar su camino en la vida.
Después de un cúmulo de experiencias frente a grupo y los resultados que obtenía al aplicar nuevas formas de enseñanza basadas en el respeto entre profesor y alumnos, descubrió que la docencia era a lo que quería destinar el resto de su vida.
En busca de nuevos retos
Fue en ese momento que entendió dónde debería estar, sintiendo un llamado para viajar el siguiente verano a la ciudad de Nueva York, para ser profesor en el este del Harlem. Ya instalado en la gran manzana, no tuvo problemas para que le dieran una clase, ya que era tal la situación de violencia y falta de respeto de los alumnos que casi ningún profesor duraba al frente de los grupos problema (Clark, 2004b).
En una situación extrema como se encontraba Clark por voluntad propia, era necesario buscar reglas y comportamientos para implementarlos en el proceso de cambio. Por citar algún ejemplo, en lo que respecta a la comunicación, toda respuesta en la clase del profesor Clark giraba en torno a un “Sí, señor” o “No, señor”, que indicaba más que un grado de superioridad del profesor, era un retornar al respeto hacia el que puede guiar y enseñar en el proceso de formación. De forma concreta, en el respeto a la persona humana pues, no hay cabida para las burlas, los miedos, y la incomprensión, por lo que se enseñó a los niños que el contacto visual de un ser humano con otro es vital (Holster, 2001).
Dando énfasis a su liderazgo transformacional, Clark veía en sus alumnos a personas dignas, a las que daba su lugar e importancia con expresiones como “cuán valioso eres”, “lo que haces es muy importante”, “tu presencia es vital en el aula”, “puedes mejorar”, “lo puedes volver a intentar”. Todas estas motivaciones generaron en los alumnos la seguridad de sentirse importantes y queridos, en un ambiente educativo en medio de un encuentro positivo con sus compañeros donde todos expresaban “Somos familia” (Alzate Echeverri, 2013).
Todo esfuerzo tiene su recompensa
Todos sus esfuerzos como líder que transforma las vidas de sus alumnos se vieron recompensados con un reconocimiento de la empresa Disney, que le sirvió como impulso para pensar en grande y fundar la academia de Ron Clark. La cual se desarrolló como un espacio donde se pudiesen vivir plenamente sus experiencias de éxito educativo que llamó las 55 reglas esenciales, basadas en el conjunto de consejos del cómo debe ser la vida de un alumno en un ambiente escolar (Bcro, 2010).
Ospina (2009) afirma que en la academia Clark el juego se transforma en una herramienta liberadora para alumnos que han sufrido de algún tipo de violencia en sus vidas, debido a que jugar es un mediador educativo que permite a la persona eliminar barreras mentales que se formaron por la influencia que pueden tener los conflictos y la violencia, abriendo las mentes y edificando sueños que lleven a la emancipación del alumno. El juego actúa como un canal que conduce a estrategias donde los sujetos dejan acontecer aquellas situaciones que la violencia ha dejado en sus vidas, sobretodo a niños y niñas.
¿Existe un Ron Clark en el BUNLA?
Tomando como referencia lo vivido por Clark, en el Bachillerato de la Universidad Latina de América no encontrarás una copia exacta de Ron Clark -las copias nunca serán lo mejor-, lo que vas a encontrar serán profesionales de la educación con su propio nombre y personalidad, que constantemente siguen aprendiendo de este profesor de Carolina del Norte o de otros muchos de México, del mundo y, desde luego, entre ellos mismos.
Tus maestros del Bachillerato apoyados en un modelo educativo único y de excelencia, buscarán mediante diversas actividades atractivas despertar tu interés para que obtengas los conocimientos, habilidades y destrezas que permitan tu verdadero desarrollo integral. Todos sabemos que cuando el alumno del BUNLA o BIUNLA comprende lo que está aprendiendo se apasiona, lo asimila y lo aplica en su entorno para el bien común; como también, le llegarán de forma natural las preguntas de compañeros alumnos y profesores de otras instituciones, así como de la sociedad en general: ¡Qué buen trabajo! ¿De qué carrera son? ¿Cuánto tiempo llevan trabajando en ese proyecto? O, ¿Cómo hacen para trabajar de forma tan armónica?
Y la respuesta del profesor que los acompaña será de nuevo la misma: son alumnas y alumnos del nivel bachillerato de la UNLA, no de nivel superior; son chicos que ya no han preguntado a mitad del semestre para qué estamos viendo “esto”. Y además, han descubierto que ellos pueden aportar algo valioso a la sociedad sin esperar a ser profesionistas.
Finalmente, ten por seguro que cada profesor del Bachillerato se colocará a tu lado, te propondrá formas diferentes de aprender y te dirá: No estás sola ni solo, yo te acompaño, soy tu maestro.
Referencias
Alzate Echeverri, J. C. (2013). Implementación de un sistema integral de evaluación docente (Sied) en la Institución Gabriela Gómez Carvajal (Doctoral dissertation).
Bcro, J. (2010). The bg news.
Clark, R. (2004).The Excellent 11: Qualities Teachers and Parents Use to Motivate, Inspire, and Educate Children. Hyperion Books.
Holster, J. (2001). Disney Teacher of Year Returns to ECU Campus.
Imdb. (2021). Goodbye: The wonder years, Season 3, Episode 20. Retrieved from https://www.imdb.com/title/tt0094582/?ref_=tt_ov_inf
Ospina, M. S. (2009). El juego como mediador educativo en contextos de violencia en Medellín. del semillero No. 6, 27.
Shields, M. (2012). The Essential 55: An Award Winning Educator’s Rules for Discovering the Successful Student in Every Child. TEACH Journal of Christian Education, 2(2), 17.