Por Fiana Grecia Soria Orozco, Edna Elisa Velázquez Ochoa y Daniela Uribe Fuentes
Actualmente México ocupa el segundo lugar entre siete países de América Latina con mayor consumo de alimentos “chatarra” y bebidas azucaradas. Una de las principales causas por las cuales se modificó la NOM-051-SCFI/ SSA1-2010 es que el 70% de los mexicanos padece sobrepeso y casi una tercera parte sufre obesidad, enfermedad que principalmente se asocia con diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares.
Distintas organizaciones, como el Comité Consultivo Nacional de Normalización de la Secretaría de Economía (COCONNSE) y el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Regulación y Fomento Sanitario (CCNNRFS), aprobaron el 24 de enero de 2020 la modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, “Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados Información comercial y sanitaria”. Esta norma tiene como objetivo establecer la información comercial sanitaria que debe contener el etiquetado del producto preenvasado destinado al consumidor final, de fabricación nacional o extranjera, comercializado en territorio nacional, así como determinar las características de dicha información y establecer un sistema de etiquetado frontal, el cual debe advertir en forma clara y veraz sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que representan riesgos para su salud en un consumo excesivo.
La propuesta de este nuevo etiquetado es buena y su objetivo es muy claro; sin embargo, han surgido muchas dudas de aquellos productos que muchos consideramos “saludables” o dentro de lo que se puede consumir en un régimen de alimentación. Para que no nos sucedan este tipo de confusiones y reconozcamos cómo interpretar estos sellos en las etiquetas de una manera clara y adecuada, primero tienes que conocerlos.
Dentro de cada hexágono vas a encontrar leyendas como “exceso de sodio”, “exceso de grasas trans”, “exceso de grasas saturadas”, “exceso de azúcares” y “exceso de calorías”. Aparte vendrán dos leyendas precautorias, una que dice que el producto contiene edulcorante y otra que el producto contiene cafeína, debe evitarse el consumo de los niños de este tipo de alimentos.
Si un producto industrializado o preenvasado contiene alguno de estos sellos, significa que contiene una cantidad mayor de los niveles seguros establecidos para adultos, como se muestra en la siguiente tabla:
TABLA 1. Perfiles nutrimentales para la declaración nutrimental complementaria de la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010.
Para dejar más claro el tema, te dejamos los siguientes ejemplos:
En este producto, muy bien conocido por todos, encontramos el sello de exceso de azúcar y exceso de calorías porque en una lata de 330 ml contiene 139 kcal y 35 gr de azúcares. La recomendación para adulto son máximo 25 g de azúcar, esto quiere decir que en este producto más del 10% de su energía proviene de azúcares.
El refresco generalmente no causa confusión porque todos o la gran mayoría ya conoce que es uno de los productos más dañinos en la salud.
Pero hay productos como el siguiente que pueden llegar a causar confusión y controversia porque es recomendado en algunas ocasiones como producto que se puede adaptar a un plan de alimentación en equilibrio.
Recordemos que este nuevo etiquetado es en 100 ml o 100 gr.
Cada barrita de chocolate es de 19 gr y contiene 3 gr de grasa saturada (Un adulto promedio puede consumir máximo 22 gr al día).
Por lo que para que tu consumas el exceso de calorías o de grasas saturadas, debes consumir 5 barras de este chocolate.
También recordando que este producto contiene Splenda, por lo que aparece la leyenda de “contiene edulcorantes, no recomendable en niños”.
Espero que después de estos ejemplos veas que el etiquetado puede llegar a ser un poco confuso, pero una vez sabiéndolo interpretar es entendible. Lo ideal es que te asesores con un nutriólogo para que te informe qué productos son recomendables para ti y cuáles debes de evitar de acuerdo con tu estado de salud, y aclares todas tus dudas.
Por otro lado, la industria alimentaria, así como las agencias de publicidad, han mostrado resistencia al uso del nuevo etiquetado, ya que se ven afectadas al ser obligados a modificar el etiquetado que ya se había hecho con una anticipación de dos años, y lo cual representa un costo adicional para la empresa, así como amenaza a reducir “el poder de decisión” de cada individuo.
El anterior etiquetado fue creado para controlar los tipos, la calidad y cantidad de los productos donde consideraron crear mecanismos que controlaran la venta y la compra de los alimentos, plasmando en los productos un listado de los ingredientes que contiene cada producto. La problemática fue que la mayoría de la población no sabía cómo leer el etiquetado tradicional que la industria estaba poniendo en sus alimentos, ya que muchas veces se tenía que realizar conversiones de gramos a porcentajes y la población en general no sabía cómo hacerlo, por lo que era fácil dejar ese paso muy importante atrás y continuar con la compra. Así surgió la necesidad de crear un método para detener la compra excesiva de productos industrializados.
Algunos especialistas aseguraron que este nuevo tipo de etiquetas puede informar al consumidor de manera clara, simple y rápida sobre los ingredientes contenidos en un producto que pueden ser altamente dañinos para su salud, siendo así la primera herramienta que invita a los consumidores a tomar una decisión más consciente e informada de lo que van a consumir.
Esta nueva herramienta genera un impacto en la salud pública, ya que si los grupos poblaciones comienzan a leer el nuevo etiquetado, pronto se verán disminuidos los riesgos de padecer alguna enfermedad, pues se estima que la población comience a hacer un análisis detallado sobre las advertencias impuestas en los productos.
De esta manera podemos concluir que el nuevo etiquetado en los productos alimenticios generará un impacto positivo en la alimentación de la población, pues se verá reflejado el análisis crítico en la elección de los alimentos donde cada individuo sea más consciente de lo que va consumir asumiendo la responsabilidad y conocimiento de las afecciones que se pudieran generar; es decir, cuando la persona esté a punto de comprar algún alimento, debe tomarse el tiempo en consultar y hacer un análisis de los ingredientes del producto, y pensar qué impacto tendrá este en su cuerpo.
La lectura de las nuevas etiquetas será el cambio que la población necesitaba para comenzar a reducir la ingesta de alimentos procesados y que las generaciones futuras opten por mejores elecciones al momento de comprar alimentos que los llevarán a tener un buen estado de salud.
Bibliografía
Diario Oficial (27 de marzo de 2020). MODIFICACIÓN a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial y sanitaria, publicada el 5 de abril de 2010. Ciudad de México, México: Secretaría de Economía. https://www. dof.gob.mx/2020/SEECO/ NOM_051.pdf
SE (01 de agosto de 2020). La Modificación a la NOM- 051 entrará en vigor el 1 de octubre de 2020. Ciu- dad de México, México: Gobierno de México. https://www.gob.mx/se/ articulos/la-modificacion- a-la-nom-051-entrara-en- vigor-el-1-de-octubre-de- 2020?idiom=es