Por Rodolfo Osorio Vázquez
Tina Rosenberg, periodista estadounidense ganadora del premio Pulitzer y especialista en asuntos internacionales, en su artículo “Si sangra, encabeza las noticias. Los costos del sensacionalismo”, analiza el aumento durante las últimas décadas de la cobertura de actos criminales (cometidos dentro y fuera de su territorio) por parte de los noticieros en Estados Unidos. El artículo señala:
“¿Cómo son, exactamente, los reportajes televisivos sobre el crimen? Habitualmente, el reportero, o grupo de reporteros, llega a la escena del crimen, o al lugar donde ha sido aprehendido alguien. Transmite en vivo. Muestra, si puede, a la persona detenida. Habla con testigos en la calle o con vecinos de la víctima. Casi siempre se trata de un asesinato, una violación u otro delito grave cometido por extraños. Cuando tiene que ver con sexo o crueldad extrema, muchas veces lo publicitan con anticipación, presentando avances. No se aporta contexto alguno para informar al televidente, por ejemplo, cuán común es este tipo de delito” (Rosenberg, 2004)
Cuando hablamos de contexto en una investigación periodística, se habla de presentar una descripción del escenario, referencias sobre acontecimientos pasados y actuales al momento de la elaboración de la pieza periodística, logrando así una construcción histórica del acontecimiento. Es decir, cuando la información periodística se publica sin presentar un contexto, dicha información está sesgada y no proporciona al lector (internauta, radioescucha o televidente) elementos suficientes para tratar de entender el hecho reportado, sino que únicamente observa desde una perspectiva extremadamente reduccionista.
Un ejemplo claro de lo anterior se dio en 2015 cuando, el entonces precandidato republicano, Donald Trump, mencionó en su discurso inaugural de campaña: “Cuando México envía a su gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que traen drogas, crimen y son violadores”. Diversos medios nacionales e internacionales retomaron las palabras para titular sus portales, iniciar sus noticieros y difundir en redes, sin dar un contexto. El ahora expresidente Trump en ese momento dirigía ese mensaje al grupo conservador del electorado estadounidense, ya que muchos de ellos no se sintieron representados durante los ocho años de mandato del demócrata y afroamericano Barack Obama; Trump, quien buscaba ser el candidato por el partido republicano era un personaje público, formado en el mundo empresarial y posteriormente de la farándula, pero no en el escenario político, y su estrategia fue hablarle al pueblo dejando a un lado las formas discursivas tradicionales, diplomáticas e incluso de mínimo respeto, para dar entrada a un lenguaje soez y beligerante. Cuando se presentan las palabras textuales sin dar una explicación de lo que sucede alrededor de dichas declaraciones, aquella persona que recibe este mensaje puede interpretar muchas cosas, por ejemplo, en este caso: 1) Que en efecto los mexicanos que van a Estados Unidos son criminales y por ello se debe militarizar la frontera entre ambos países y 2) existe una persecución sistemática por parte del gobierno estadounidense contra los mexicanos.
Cuando analizamos cuestiones internacionales es fundamental tener claro que no podemos separar: blanco-negro o bueno-malo; existen muchos matices que deben tenerse en cuenta y así evitar caer en estereotipos y etiquetas. Esto no quiere decir que los universitarios no deben consultar acontecimientos internacionales actuales, al contrario, ellos son los primeros que deben estar al día sobre todo lo que sucede en su país y en otras naciones. Desde la perspectiva de nuestra carrera: Relaciones Comerciales Internacionales (RCI) debemos fomentar en nuestra comunidad estudiantil (nuestros futuros internacionalistas UNLA) un espíritu curioso, que permita investigar a profundidad, más allá de la primera respuesta a la búsqueda de Google o de las palabras del noticiero matutina local. Nuestro deber es buscar ese contexto del que se carece actualmente, en muchas ocasiones por la inmediatez informativa.
Aquellos que seguimos las elecciones presidenciales en Estados Unidos hace solo algunas semanas fuimos testigos (como cada cuatro años sucede) que los medios de comunicación a nivel global vuelcan todos sus esfuerzos en cubrir este proceso electoral. Si bien las cadenas estadounidenses CNN y FOX tuvieron transmisiones 24 horas durante los días previos a la elección, el día de la elección y los días posteriores, cadenas como Al Jazeera en Medio Oriente y BBC Mundo en Europa reportaban a cada momento lo que sucedía en suelo estadounidense durante los primeros días de noviembre. Si bien esto es un hecho atípico, ya que pocos eventos globales logran tal atención, es nuestro deber consultar al menos tres fuentes para informarnos sobre un hecho en particular. En un escenario ideal, sin importar la carrera que estudien, los universitarios deberían consultar a diario al menos tres fuentes de información: un periódico estatal, un noticiero de radio nacional y alguna televisora internacional. De esta forma logras informarte con un mayor contexto. Incluso las redes sociales actualmente son una fuente de consulta válida, teniendo en cuenta que se debe diferenciar entre información veraz y fake news
Retomando el mensaje para los internacionalistas, la valía de estar informado radica en poner en práctica los datos que obtienes. Si estás formando un proyecto emprendedor en donde tus principales consumidores serán aquellos comprometidos con la sustentabilidad, debes recabar información que te permita conocer las acciones de gobiernos que traten de encaminar sus acciones hacia una revolución en energías limpias y renovables, así como una economía que pueda acercarse a este tipo de productos. Por otro lado, si te visualizas como un diplomático representando a tu país en el exterior, debes estar al tanto de las vinculaciones de México con el exterior, desde una perspectiva comercial, política y cultural.
Además de los millones de vidas humanas y los colapsos económicos que ha traído el Covid 19, esta “nueva realidad” hizo innegable el hecho que cada nación en el mundo está interconectada; no podemos vivir aislados, tenemos que conocer lo qué pasa en otros espacios, para actuar y trascender, ahora como universitarios, y en un futuro como actores dentro del acelerado escenario internacional.