Publicado el 2022-06-13 en Cps

¿Qué ocurre con una adicción?

Por Psic. Gabriel Herrera Mora, voluntario en CPS y XUNLA

 

Es necesario conocer los mecanismos que subyacen a la adicción, establecer cierta relación entre la vivencia de episodios marcados por un elevado nivel de estrés y el desarrollo de una adicción. Por lo tanto, es importante identificar los distintos aspectos que pueden interferir en las conductas adictivas. 

 

 

Uno de ellos es el afrontamiento, que, de acuerdo con Richard Lazarus (1984), se refiere a aquel esfuerzo cognitivo y conductual que el humano realiza para manejar diversas demandas externas (estresores ambientales) e internas (estado emocional propio), siendo evaluadas como aquellas que se desbordan por los propios recursos que posee una persona. 

 

Según Marta Moreno Hernández (2016), la conducta adictiva está compuesta por el deseo o la necesidad psicológica de abandonar la abstinencia, la cual ocasiona la búsqueda de recompensas inmediatas y genera la disminución de las respuestas a la misma cantidad de sustancia consumida, es decir, la necesidad de una dosis mayor para provocar el mismo grado de efecto farmacodinámico. Esto provoca un estado en el que la persona con adicción debe seguir consumiendo, a fin de evitar la aparición de síntomas que resultan de la propia abstinencia.

 

 

El cerebro se encarga de regular las funciones básicas de nuestro cuerpo, debido a que facilita la interpretación y respuesta a experiencias, pensamientos, comportamientos y emociones. El abuso de sustancias se considera una enfermedad, porque incide de manera específica en ciertas partes del cerebro, afectando su estructura y funcionamiento, principalmente en áreas como el tronco encefálico, que controla las funciones de respiración, sueño y frecuencia cardiaca; el sistema límbico, que regula la capacidad de sentir placer y la percepción de las emociones; y la corteza cerebral, que se encarga del procesamiento de información procedente de nuestros sentidos. 

 

 

Por lo tanto, el abuso de sustancias genera cambios a largo plazo en la conducta de una persona con adicción, a razón de las alteraciones que se producen en la función sináptica y en las distintas áreas cerebrales que se encargan del procesamiento de la información reforzante o placentera. El consumo de sustancias altera los niveles de dopamina que produce nuestro cerebro, lo cual causa que el circuito de gratificación cerebral se limite, reduciendo de manera significativa la capacidad de sentir placer y provocando la necesidad de consumo para generar dopamina.

 

¿Qué puede desarrollar una conducta adictiva?

 

De acuerdo con Becoña (2002), existen distintos factores de riesgo que pueden desencadenar el desarrollo de una conducta adictiva:

 

Familiares: circunstancias relacionadas con la historia de consumo familiar, presencia de conflictos, bajo nivel de disciplina, actitudes parentales que faciliten el consumo de sustancias, violencia física.

 

Comunitarios: bajo nivel socioeconómico, movilidad de domicilio, creencias, leyes que favorezcan el acceso y consumo de sustancias, alta disponibilidad y baja percepción respecto al riesgo de consumo.

 

Relaciones/iguales: aceptación entre pares respecto al consumo, conductas antisociales o delincuencia, relaciones que se basan en el consumo, posible rechazo social.

 

Individuales: aspectos biológicos y psicológicos.

 

Por ello, es necesario crear e identificar factores que puedan evitar el acceso y consumo de sustancias:

 

Familiares: estructura y dinámica positivas, creencias saludables, sentido de confianza positivo, apoyo familiar.

 

Comunitarios: apoyo externo, oportunidad de participación activa dentro de una comunidad, baja o nula accesibilidad a las sustancias, redes de apoyo.

 

Relaciones/iguales: resistencia a la presión grupal, baja influenciabilidad, pares no consumidores.

 

Individuales: desarrollo de habilidades sociales, orientación social positiva, resiliencia, autoeficiencia.

 

Dicho lo anterior, el consumo de sustancias involucra diversos aspectos del ser humano: cambios significativos en el sistema nervioso, alteraciones de comportamiento, entorno y factores que originan el consumo. Es importante facilitar e identificar herramientas que nos permitan evitarlo, con la finalidad de prevenir y erradicar cualquier tipo de adicción a sustancias.

 

Referencias

 

Lazarus, R. (1990). Theory-Based Stress Measurement. Psychological Inquiry, 1(1), 1-13.

 

Moreno, M. (2016). Inteligencia emocional y estilos de afrontamiento del estrés en personas adictas a sustancias. Madrid: Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.

 

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