Por Frida Betzaida Espinoza Vargas
Un nutriólogo es un profesional desalud que prescribe planes de alimentación en lugar de medicamentos, promueve estilos de vida saludables y tiene vocación de servicio. Cuando decidí estudiar Nutrición pensaba que todo se reducía a contar calorías y hacer ejercicio, sin embargo, descubrí que ser nutriólogo requiere de una formación académica ardua que no corresponde a los estereotipos de chicas y chicos que únicamente quieren verse bien.
La Licenciatura en Nutrición de la Universidad Latina de América consiste en nueve semestres de aprendizaje, en los que se abarcan las cuatro principales áreas de la nutrición (la Nutrición clínica, el Servicio de alimentos, la Tecnología alimentaria y la Nutrición comunitaria) siempre acompañadas de la investigación.
En el primer semestre se sientan las bases que son las materias médicas como Anatomía y Fisiología y las materias químicas como Química Orgánica y Bioquímica. Posteriormente, partimos de lo sano hacía lo enfermo, de lo individual a lo grupal y de materias básicas como Cálculo Dietético a materias especializadas como Nutrición deportiva y Nutrición enteral y parenteral, por ello, nuestro plan de estudios lleva una lógica y coherencia en cada uno de sus semestres.
Conforme avanzas en este viaje universitario te das cuenta que el área de Nutrición nunca estará obsoleta ni pasará de moda y, sobretodo, que a un buen nutriólogo no le puede ir mal, porque nuestra sociedad, nuestro mundo, reclama profesionales de salud, que a partir de la alimentación, hagan frente a la gran cantidad de enfermedades crónico-degenerativas que van en aumento.
El campo de la Nutrición también es sin duda una carrera víctima de la charlatanería. Miles de personas sin la formación profesional andan por ahí dando dietas, vendiendo suplementos y promoviendo prácticas poco éticas, eso nos desalienta pues muchas veces tienen más clientes que un nutriólogo, sin embargo, los efectos secundarios de muchas de estas prácticas se pagan muy caro e inclusive cobran vidas.
Los nutriólogos tenemos que hacer un frente común, hacer un gremio sólido que día a día demuestre que somos necesarios, importantes y que no puede concebirse un equipo de salud sin nosotros ya que nuestra labor es única e irremplazable. Eso es algo que todos los días nos repiten nuestros profesores; tenemos que unificar criterios y prácticas éticas, no descalificarnos entre nosotros, hay que hacernos notar positivamente.
Es cierto que hoy en día existen escuelas que ofertan programas en Nutrición de dudosa calidad, pero más allá de criticar a cualquier institución es importante que si quieres estudiar Nutrición revises que sea una carrera de cuatro años de estudio más un año de servicio social. Además se debe impartir en una institución, la cual cuente con los registros correspondientes, que sus instalaciones tengan laboratorios completos (con espacios amplios y equipados). Es importante que durante el plan de estudios se contemplen prácticas profesionales supervisadas y que se realicen clases extramuros y viajes de prácticas, así como que los profesores estén calificados e integren nuevas tecnologías.
En la UNLA contamos con eso y mucho más, pues hay también la integración del idioma inglés y de la movilidad académica nacional e internacional, programas de tutorías, talleres cultures y deportivos... ¡Ser Nutriólogo UNLA se siente genial! Se siente orgullo, se siente pasión y se siente gratitud por nuestro trabajo, por ello te invitamos a que hagas tu cita en el Centro de Orientación en Nutrición UNLA a los números (443) 322 1500 ext. 1029, 1200 y 1209. Con gusto, te atenderemos.