Por Luz Fernanda Pantoja Mata
Desde que inicié la universidad sabía que quería realizar un semestre de movilidad académica. Fue una preparación con un año de antelación, que pasó entre trámites, idas y venidas a la oficina de movilidad, recabando todo aquello que era fundamental para mi viaje. En ese momento tenía muchas expectativas, quería estar ya en la universidad; estaban las emociones y los nervios a flor de piel, pero con esa chispa que me impulsaba a esta nueva aventura. Me visualizaba en esta nueva ciudad, conociendo cada uno de sus rincones, disfrutando de su espectacular vista, asistiendo a una de las universidades españolas con mayor renombre a nivel mundial, la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Todo iba de acuerdo al plan que en su momento me había planteado, sin embargo, este se modificó de un día para otro, sin previo aviso. Las clases presenciales se habían cancelado, así como los desplazamientos, las reuniones entre grupos ya no eran posibles, nadie podía salir de casa. Dentro de la residencia en la que vivía los espacios comunitarios habían sido cerrados. Y fue justo aquí cuando me di cuenta de la magnitud de la situación. Algunas horas atrás éramos libres, y ahora debíamos acatar las medidas de seguridad decretadas por el gobierno.
Tanto en México como en España hay tanto aspectos negativos como positivos en su población, sin embargo, valoro que las personas sean un poco más consientes sobre la situación aquí donde vivo, que hayan respetado el confinamiento y las indicaciones que se nos dieron. Tuve la fortuna de coincidir con una familia que me abrió las puertas de su casa, lo que agradezco enormemente.
Quiero señalar que algunas veces encontraremos a personas que nos ayuden... sigamos siendo humanos.
Esta situación me permitió reflexionar sobre mí, como persona y como futura profesionista; así como que puedo tener miles de planes, expectativas, metas, pero estos pueden cambiar de un momento para otro, lo que me hace apreciar más cada oportunidad que se me presenta, disfrutar de cada instante, vivirlo al máximo, aprovechar las oportunidades que se tienen, no dejarlo para mañana, además de ser alguien resiliente y crecer como persona.