Por: Lucrecia Huerta González, directora de la licenciatura en Ingeniería Civil
y Arturo Cervantes Cristóbal, profesor de tiempo en Ingeniería Civil, encargado del laboratorio de materiales y piloto certificado de RPAS pequeño
La primera vez que vi el funcionamiento de un RPAS, (Remotely Piloted Aircraft System), para la mayoría DRONE, fue en un documental en History o Discovery Channel, en los tiempos de la Guerra del Golfo, la verdad no lo recuerdo exactamente, pero lo que sí recuerdo y que me impactó por el uso que se le daba: atacar a un convoy en Irak con una aeronave pilotada desde una base militar en Estados Unidos. El piloto lo manejaba a distancia y después de disparar y matar a una veintena de «enemigos musulmanes, seguidores de Sadam Husein» se iba tan tranquilo a cenar con su familia. De momento me quedé pensando en el entrenamiento mental de quien, como si fuera un videojuego, disparaba sobre el objetivo; después, ya con más calma, también tuve que reconocer lo increíble de esta tecnología y las posibilidades que estos artefactos podían aportar en otras áreas.
Como muchas otras, esta tecnología surge de y para la guerra, aunque luego se transforma, evoluciona y se hace común. Desde el ataque a Venecia en 1849 por el imperio austrohúngaro, donde descargaron dos globos con 150 kg de explosivos (Vaquero, 2018), hasta los impresionantes espectáculos que se montan con miles de drones controlados con sofisticados softwares, pasando por el aspecto recreativo, los drones son ya parte de nuestra vida cotidiana, incluso se considera un regalo divertido para los niños que dado su nulo miedo a manejar este equipo y su familiarización con los dispositivos electrónicos, los manejan con mayor naturalidad.
El empleo de drones en diversas áreas aporta ventajas en cuanto a la información que se puede obtener y, sobre todo, a la forma de presentarla para contar con esa “visión de altura” que podemos tener con el equipamiento de sofisticadas cámaras u otros dispositivos que se adicionan para desarrollar proyectos, trabajos o generar información en múltiples ámbitos.
Actualmente, en el área de la Ingeniería Civil, los RPAS han transformado el concepto de la Topografía y de manera particular, de la Fotogrametría. Quedó muy atrás la restitución fotogramétrica que se hacía a partir de los pares de fotos estereoscópicos que requerían cámaras montadas en aviones y líneas de vuelos a diferentes alturas para cumplir con la escala necesaria para el proyecto en cuestión y después, con apoyo de los restituidores ópticos-mecánicos, hacer los planos respectivos. Este proceso implicaba muchas horas hombre y la necesidad de contar con al menos tres puntos perfectamente definidos en la superficie y con coordenadas ya previamente determinadas.
A la par del desarrollo de los RPAS, se dio el avance en los Sistemas de Información Geográfica (SIG’s) y la precisión e incremento de funciones de otros equipos, como los GNSS (Global Navigation Satellite System, conocidos popularmente como GPS) y las estaciones totales, modernización de los teodolitos al integrarles un EDM (Medición Electrónica de Distancias, por sus siglas en inglés) a los mismos.
La combinación de estas herramientas ofrece un sinnúmero de aplicaciones en áreas tan diversas como la agricultura, la arqueología, la biología, la arquitectura, la cinematografía y por supuesto, la Ingeniería Civil, donde podemos desarrollar modelos en 2D y 3D para los proyectos de edificación, comunicaciones e infraestructura, hidráulica y casi cualquier campo de nuestra profesión. El empleo adecuado de la triada estación total-GNSS-drone y la aplicación de los SIG’s permite contar con información precisa para la toma de decisiones antes, durante y después de la construcción de las obras dado que se puede dar un seguimiento y control, supervisar avances y contar con mayores elementos para redireccionar en su caso los proyectos de manera oportuna, lo que puede significar ahorros considerables.
De acuerdo al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) (Ramirez Rufino, Rodriguez Porcel, & al, 2023), se ha dado una adopción gradual de los drones en la construcción y su empleo en todo el proceso de las obras implica ventajas significativas, pero aún hay grandes áreas de oportunidad en su uso, sobre todo en el área legal porque no todos los países han legislado al respecto y los programas y equipos para la restitución resultan caros y complejos para las pequeñas y medianas empresas, que son la base del sector de la construcción.
Acorde con esta tendencia, en la Licenciatura en Ingeniería Civil de la UNLA, se está actualizando para que nuestros alumnos puedan conocer y trabajar con estas herramientas tanto en equipamiento como en el uso del software adecuado, contamos con un Diplomado en Uso de GPS y Drones para Topografía y Construcción (actualmente se está cursando ya su tercera generación) y, además, con un piloto certificado por la AFAC (Agencia Federal de Aviación Civil) en aeronaves pequeñas de hasta 25 kg.
Adicionalmente, el uso de los drones en la prevención y evaluación de desastres naturales proporciona información en tiempo real de las repercusiones de los mismos, de manera que se puede agilizar y priorizar la ayuda en las áreas afectadas y hacer llegar los apoyos en menor tiempo y con mayor certeza, gracias a las imágenes que se obtienen con estos equipos.
Referencias:
Ramirez Rufino, S., Rodriguez Porcel, M., & al, e. (Febrero de 2023). Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado el mayo de 2023, de https://publications.iadb.org/publications/spanish/viewer/Drones-en-la-construccion-El-valor-que-las-tecnologias-de-drones-aportan-al-sector-de-la-construccion-en-America-Latina.pdf
Vaquero, A. (28 de julio de 2018). lavanguardia.com. Recuperado el 15 de mayo de 2023, de https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20180705/47311066203/10-momentos-clave-en-la-historia-de-los-drones.html